En un Parlamento históricamente dominado por discursos de izquierda y la cultura de la muerte, la última reunión sobre políticas familiares reveló indicios de un cambio de rumbo.
La Federación de Asociaciones Católicas de Familia en Europa (FAFCE) se ha consolidado como una fuerza decisiva para los legisladores provida y profamilia, quienes están comenzando a plasmar sus convicciones en pequeñas pero significativas victorias legislativas.
La sesión, celebrada en el Parlamento Europeo, reunió a representantes de 20 países y eurodiputados de distintos grupos políticos, quienes coincidieron en un diagnóstico: Europa se enfrenta a un «invierno demográfico» y ha perdido el sentido de la familia como núcleo de solidaridad, educación y futuro. Como afirmó Vincenzo Bassi, presidente de FAFCE: «Sin familias, no hay solidaridad intergeneracional, ni cohesión social, ni desarrollo sostenible».
Entre los logros más notables se encuentra la aprobación por parte del comité de la baja por maternidad para las eurodiputadas embarazadas , una medida simbólica que rompe años de indiferencia institucional hacia la maternidad dentro de la propia Unión Europea (UE).
Asimismo, el esfuerzo conjunto de miembros del Partido Popular Europeo y eurodiputados independientes propició la inclusión de una enmienda en la legislación sobre protección infantil que tipifica la exposición de los niños a material pornográfico como una forma de abuso sexual. «Hemos logrado reconocer un daño real que antes se negaba», afirmó uno de los participantes.
Estos resultados, modestos pero sin precedentes, confirman la estrategia de FAFCE de trasladar las cuestiones demográficas y familiares del ámbito moral al político y social. En lugar de apelar únicamente a convicciones religiosas, los defensores de la vida están logrando centrar el debate en datos económicos y de salud pública: el descenso de la natalidad, el envejecimiento acelerado, la creciente soledad y los efectos psicológicos de la sobreexposición digital en los menores.
Un nuevo frente: el debate sobre el aborto
Se prevé que el debate se intensifique el 5 de noviembre, cuando la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género (FEMM) vote la propuesta " Mi cuerpo, mi decisión ", que busca abolir cualquier restricción al aborto en toda la Unión Europea y garantizar la financiación pública total a través de los programas de la UE.
La iniciativa, respaldada explícitamente por la Comisión Europea, supone un desafío directo para los grupos provida, que advierten contra lo que consideran un intento de «imponer un derecho absoluto al aborto» en un ámbito que, según los tratados de la UE, sigue siendo competencia nacional. «No se puede hablar de libertad si se niega el valor de la vida», afirmó una eurodiputada participante, subrayando que la defensa de la maternidad no puede reducirse a una mera cuestión ideológica.
Los legisladores provida y los representantes de las familias coinciden en que la defensa de la vida y la familia se enfrenta a una resistencia estructural dentro de la burocracia de la UE. Denunciaron que muchas asociaciones católicas quedan excluidas de la financiación europea simplemente por negarse a ajustarse al lenguaje ideológico impuesto por Bruselas. «Cuando escribes "padre y madre" en lugar de "progenitores", el sistema te bloquea», explicó un portavoz.
Aun así, el tono fue de esperanza. Varios participantes destacaron que, tras las últimas elecciones, el bloque conservador ha ganado influencia y ahora puede formar mayorías estables en temas como la familia, la infancia y la libertad educativa. «No se trata de imponer la moral», resumió un eurodiputado español, «sino de recordar a Europa que sin familias fuertes no hay futuro ni verdadera democracia».
Los ponentes subrayaron repetidamente que el desafío demográfico no es meramente económico, sino civilizatorio.
Con tasas de natalidad en mínimos históricos y un modelo de política social más centrado en la redistribución que en la reconstrucción del tejido familiar, la Unión Europea se enfrenta a una disyuntiva: seguir profundizando su crisis de identidad o redescubrir en la familia el principio de cohesión sobre el que se fundó Europa.
*Fuente: The European Conservative. Por Javier Villamor. November 2025.


