¿Cómo la educación en valores afectará la educación sexual de los niños y adolescentes?
Por Yanina Cossime*
Sin querer ser exhaustivos, podemos hacer un breve desarrollo de la relación entre las virtudes fundamentales y su vinculación más directa con la educación sexual.
Según Delbosco, cuando a los niños les enseñamos la Justicia, ellos aprenden a “reconocer que la realidad tiene un orden que no depende nuestra voluntad”, lo que los ayudará a aceptar el sexo dado genéticamente para su pleno desarrollo, como también aprenderán el respeto por el propio cuerpo y el del otro (que los protegerá de situaciones de abusos), la responsabilidad y la amabilidad, indispensables para la vida en comunidad.
Cuando educamos la Fortaleza, ellos aprenderán a postergar la gratificación inmediata, a tener dominio propio, a mantenerse firmes frente a las dificultades y obstáculos que tendrán que resistir para lograr sus metas.
Educar la Templanza y las virtudes conectadas (austeridad, sobriedad, castidad y pudor), implica que los niños y adolescentes “aprenden a moderar los requerimientos de su cuerpo en cuanto a los placeres”, resguardando su propia intimidad, cuidando la de los demás, y no dejándose llevar por la búsqueda desordenada de los placeres, “para que sean dueños y no esclavos (de sí mismos)”. El desarrollo de estas virtudes es una posición contracultural, ya que hoy se propone la llamada “libertad sexual” que, en realidad, termina arrastrando a las personas a la satisfacción de los propios deseos instintivos haciéndolas cautivas de ellos, impidiéndoles el disfrute verdadero y la felicidad.
Por último, la Prudencia es una “virtud de la madurez” que “garantiza la justa medida de las otras virtudes” e implica el “conocimiento de la realidad” que nos permita decidir con más responsabilidad y asumir los riesgos que conlleve elegir la posibilidad más oportuna y valiosa entre todas las opciones.
Es fundamental educar en valores a los niños y adolescentes, y esta educación tendrá una incidencia directa en la formación integral de su sexualidad. No se trata aquí de imponer conductas en los niños y adolescentes, sino de ayudarlos a crecer, para que puedan desplegar armoniosamente todas sus potencialidades y hacer un buen uso de su libertad.
Por eso es necesario que tomemos conciencia de la importancia y la necesidad de educar integralmente la sexualidad de los niños y adolescentes. Los padres tenemos el derecho de hacerlo, pero no debemos olvidar que este derecho implica también un deber, y debemos asumirlo con responsabilidad, teniendo en cuenta que lo que está en juego es el futuro de nuestros hijos, pero también el de la sociedad.
* Yanina Cossime es esposa, madre, profesora, Orientadora Familiar, Operadora Socio Comunitaria, Diplomada en Prevención y Tratamiento de la Violencia y en Educación Sexual.
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