Descubriendo el rostro de un enemigo muy nombrado, pero poco conocido.
Por Yanina Cossime*
El bullying, o acoso escolar, es una forma de violencia.
Se produce entre pares. Involucra un desequilibrio de poder, real o percibido, entre quien agrede y quien es agredido, quien no tiene (o no cree tener) las herramientas para impedir la agresión. Es intencional y se repite, o tiende a repetirse con el tiempo, frente a la mirada indiferente o cómplice de los demás, y la pasividad de los adultos responsables. Todos los involucrados, sean víctimas, victimarios o espectadores, pueden padecer consecuencias que podría influirlos en sus vidas, aún a largo plazo.
Las agresiones pueden ser:
Físicas: golpes, escupitajos, empujones, pellizcos, hacer tropezar, mordiscones, patadas, tirones de cabello u orejas, rasguños, hacer gestos inadecuados con la cara o manos.
Verbales: insultos, gritos, amenazas, burlas, uso de sobrenombres humillantes, críticas, rumores.
Sociales: discriminación, aislamiento, rechazo, manipulación, hostigamiento, tomar o romper cosas de otra persona, motivar el rechazo por parte de otros, divulgar calumnias, avergonzar públicamente.
Psicológicas: imitación a modo de burla, humillación pública, ridiculización, amenazas, hostigamiento.
Sexuales: comentarios sexuales inadecuados, manoseos, divulgación de fotos íntimas, producciones sexuales falsas que utilicen la imagen del agredido, burlas sobre el cuerpo, la vida o la orientación sexual de la víctima.
Ciberbullying: acoso escolar utilizando los medios tecnológicos y telemáticos.
Debemos tener en cuenta que los niños y adolescentes tienen derecho:
- ● a una educación integral, permanente y de calidad, que garantice la igualdad y gratuidad, que respete sus derechos humanos y libertades fundamentales (1);
- ● a la dignidad y a la integridad personal: física, sexual, psíquica y moral (2);
- ● a ser protegidos contra toda agresión física, psicológica o moral (3)
Todos estos derechos están garantizados por nuestra Constitución Nacional y fiados por el Estado (4), y en la institución educativa, son los docentes quienes tienen la obligación de respetar y hacer respetar estos derechos (5).
Por su parte, la educación es considerado como un deber de la familia (6). Razón por la cual es impensable que los padres se desentiendan de la conducta de sus hijos en la escuela, pues son ellos quienes están obligados a educarlos (7), a protegerlos, formarlos de modo integral y representarlos hasta su emancipación (8).
El bullying NO es cosa de chicos.
El bullying es un flagelo entre niños y adolescentes ‒ 7 de cada 10 niños dice sufrir acoso escolar ‒ (9), por eso es un asunto de los grandes.
Si ellos tienen el derecho de vivir libres de violencia y desarrollarse integralmente, somos nosotros, los adultos, quienes debemos trabajar para que así sea.
- 1. Art. 1 a 4 Ley 26.206 Educación Nacional
- 2. Art. 9 Ley 26.061 Protección Integral de Niños y Adolescentes
- 3. Art. 126. Ley 26.206 de Educación Nacional
- 4. Art. 75 inc. 22 Constitución Nacional Argentina
- 5. Art. 126. Ley 26.206 de Educación Nacional
- 6. Art. 1 al 4, 6 y 128 Ley 26.206 Educación Nacional
- 7. Art. 646 Código Civil y Comercial
- 8. Art. 638 Código Civil y Comercial
- 9. https://elintransigente.com/2022/05/bullying-en-argentina-7-de-cada-10-ninos-y-adolescentes-sufren-acoso-escolar/#:~:text=Seg%C3%BAn%20el%20informe%2C%20al%20cual%20tuvo%20acceso%20T%C3%A9lam%2C,casos%2C%20aunque%20el%20n%C3%BAmero%20podr%C3%ADa%20ser%20mucho%20mayor.
Referencias:
- ● Somoza, A. (2015). Bullying. No es cosa de chicos. Recursos para madres, padres y educadores para abordarlo y prevenirlo. Sáenz Peña: Fortalecer.
- ● Stopbullying en https://espanol.stopbullying.gov/acoso-escolar-mkb6/qu%C3%A9-es-el-acoso
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