El riesgo de suicidio para las mujeres que abortan es el doble que el de las mujeres que nunca han estado embarazadas y 2,7 veces mayor que el de las mujeres que han dado a luz con éxito.
Así lo revela un estudio realizado sobre una muestra representativa de la población estadounidense y publicado a finales de 2024 en la revista especializada Journal of Psychosomatic Obstetrics & Gynecology.
A los 45 años, el 35% de las mujeres que se habían realizado un aborto informaron haber intentado suicidarse, en comparación con apenas el 17% de las mujeres que nunca habían estado embarazadas y apenas el 13% de las mujeres que habían tenido partos exitosos.
El 30% de las mujeres que han sufrido un aborto espontáneo han reportado intentos de suicidio, lo que sugiere similitudes entre las consecuencias psicológicas de la pérdida natural del embarazo y el aborto a pedido.
La investigación también encontró que las mujeres que habían tenido abortos forzados o involuntarios tenían más probabilidades de atribuir sus propios intentos y pensamientos suicidas a este evento traumático.
Numerosos estudios han asociado el aborto con un mayor riesgo de suicidio, pero la literatura científica generalmente ofrece la explicación –que es más bien una hipótesis– de que esta asociación es puramente casual y que los pensamientos suicidas se deben a enfermedades mentales preexistentes.
El estudio tuvo como objetivo probar esta hipótesis examinando las autoevaluaciones de las mujeres sobre la contribución del aborto a su comportamiento suicida. El estudio práctico contradijo la hipótesis antes mencionada, confirmando prácticamente que el aborto contribuye significativamente a la conducta suicida, al menos desde el punto de vista de las mujeres afectadas.
*Fuente: Știri pentru viață. Asociația ProValori Media de Rumania.