Unos siete meses despu茅s de revertir mi aborto qu铆mico, naci贸 mi hijo. Lo amo m谩s de lo que jam谩s tem铆 tenerlo.
Tuve esas dos peque帽as pastillas en mis manos durante mucho, mucho tiempo. Siempre hab铆a deseado ser madre y criar una hermosa familia, pero mis circunstancias antes y al principio de mi embarazo no eran nada favorables y finalmente me llevaron a esta decisi贸n, una decisi贸n de la que me arrepent铆 muy pronto.
Ten铆a siete semanas de embarazo. El padre de mi hijo me hab铆a ayudado a conseguir un aborto qu铆mico, y hab铆a llegado el momento de iniciarlo.
En cuanto tom茅 la primera pastilla, corr铆 al ba帽o a provocarme el v贸mito. Sent铆 un arrepentimiento intenso e inmediato. Vomit茅 una y otra vez, pero no aparec铆a ninguna pastilla, y empec茅 a entrar en p谩nico.
Pero entonces record茅 el centro de embarazo que visit茅 justo despu茅s de enterarme de que estaba embarazada. Me dieron unos folletos que no me hab铆a molestado en leer en ese momento. Entre ellos, result贸 que hab铆a un servicio de reversi贸n de la p铆ldora abortiva.
Al leerlo, una parte de m铆 pens贸 que no pod铆a ser cierto. Nunca hab铆a o铆do hablar de la reversi贸n de la p铆ldora abortiva. No lo sab铆a entonces, pero el procedimiento tiene una tasa de 茅xito de hasta un 62 % ( o superior ) si se realiza en las primeras 24 horas despu茅s de tomar la p铆ldora. En cualquier caso, llam茅.
La voz del otro lado de la l铆nea me pregunt贸 cu谩nto tiempo hac铆a que hab铆a tomado las pastillas.
“Hace apenas 15 minutos”, respond铆.
Seis horas despu茅s, ten铆a una dosis alta de progesterona en el cuerpo. El alivio que sent铆 al escuchar los latidos del coraz贸n de mi hijo fue indescriptible.
Unos siete meses despu茅s, lleg贸 mi hijo. Lo amo m谩s de lo que jam谩s tem铆 tenerlo.
Pero amar y elegir a mi hijo no ha sido f谩cil. Despu茅s de que decid铆 qued谩rmelo, su padre y yo nos separamos. No sab铆a d贸nde ni c贸mo encontrar trabajo. No sab铆a c贸mo iba a dec铆rselo a mis padres. Ca铆 en una profunda depresi贸n.
Sin embargo, Dios provey贸 en todo momento. Me dio amigos en el centro de embarazo a quienes les debo mi vida y la de mi hijo. Me sacaron de un lugar insoportablemente oscuro y me ayudaron a ver que hab铆a un futuro donde pod铆a cuidar, sostener y proveer para mi hijo.
Dios tambi茅n me dio la fuerza para cont谩rselo a mis padres, y les dio la gracia y la capacidad de ayudarme cuando m谩s los necesitaba. 脡l sigue trabajando a trav茅s de los programas de apoyo social que me ayudan a acercarme cada d铆a m谩s a la independencia como madre soltera.
Recibo beneficios de alimentos del SNAP y Medicaid para mi hijo. Tomo clases con el Programa para Mujeres, Beb茅s y Ni帽os (WIC) que me siguen ense帽ando las habilidades que necesito. Cuento con el apoyo emocional y la gu铆a de muchas personas que me quieren. Espero matricular a mi hijo en un programa local de Head Start pronto para poder buscar m谩s que solo oportunidades de trabajo remoto.
Pero nunca habr铆a tenido la fuerza para encontrar estas oportunidades si no hubiera contado con el apoyo de mis padres y del personal del centro de embarazo local. Casi me priv茅 de la maternidad —una de las mejores oportunidades de mi vida— por miedo a lo que vendr铆a despu茅s.
Mi historia hasta ahora, y la vida de mi hijo, demuestran que ning煤n hijo es un accidente. Si eres madre, recuerda que fuiste creada espec铆ficamente para tu beb茅. Tu latido lo reconforta. Tu voz es lo primero que conocen. Tu rostro es lo primero que aman.
Pero ninguna madre puede lograrlo sola. Y para las madres vulnerables, el miedo y la soledad pueden hacer que elegir la maternidad parezca imposible.
As铆 que, si conoces a una madre en tu comunidad que necesite ayuda, ac茅rcate. Apoya a los centros de embarazo locales. Defiende a las madres vulnerables y a sus hijos. Rec铆belas, 谩malas y ap贸yalas de cualquier manera que Dios te haya dado para ayudarlas.
No necesitaba un aborto. En realidad no lo quer铆a. Lo que necesitaba —y gracias a Dios, lo consegu铆— fue gente que me quisiera y que quisiera a mi beb茅. Mi beb茅 nunca fue ni ser谩 un error.
*Fuente: The Federalist. Por Marisha Holley. Marisha es madre de un hijo y residente de Texas. Abril 2025.