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Síndrome de Down: Por qué es importante el abordaje en los primeros años

 

Los primeros cinco años de vida representan una ventana de extraordinaria plasticidad cerebral. 

Las habilidades adquiridas durante este período sientan las bases para el aprendizaje posterior. Investigaciones internacionales demuestran que los niños con síndrome de Down se benefician significativamente cuando la intervención comienza a una edad temprana. Sin apoyo, los niños pueden enfrentar mayores dificultades en el lenguaje, la memoria y la independencia. Pero con un aprendizaje temprano estructurado, es más probable:

  • ● Comunicarse eficazmente utilizando tanto palabras habladas como apoyos alternativos como signos o símbolos.
  • ● Desarrollar el control motor necesario para la vida diaria y el juego.
  • ● Establecer relaciones positivas con los compañeros, fomentando la confianza social.
  • ● Ingresar a la escuela mejor preparado para acceder al currículo.

Estudios que comparan a niños con síndrome de Down que asistieron a centros de educación temprana inclusivos con aquellos que no lo hicieron mostraron consistentemente mayores niveles de alfabetización, comunicación y habilidades sociales que aquellos incluidos en entornos convencionales. La inclusión en la primera infancia no solo beneficia al niño con síndrome de Down, sino que también fomenta la tolerancia, la empatía y la comprensión en sus compañeros, contribuyendo así a sociedades más inclusivas. 


Áreas clave del desarrollo en los primeros años

Desarrollo del habla y el lenguaje

Los niños con síndrome de Down suelen experimentar dificultades con el lenguaje expresivo, como la formación de oraciones, la articulación de palabras y el desarrollo de un habla clara. Las dificultades auditivas, que afectan hasta al 70 % de los niños pequeños con síndrome de Down, agravan estas dificultades. Sin embargo, las investigaciones destacan sólidas habilidades de aprendizaje visual y fortalezas relativas en el vocabulario receptivo (lo que los niños comprenden).

Una intervención temprana eficaz se basa en estas fortalezas mediante el uso de apoyos visuales, lenguaje de señas y enfoques de lectura de palabras completas. La lectura es una fortaleza relativa y puede introducirse desde los dos años y medio. Enseñar a leer no solo fomenta la lectoescritura, sino que también acelera el desarrollo del lenguaje hablado; se conoce como "lenguaje a través de la lectura".


Desarrollo cognitivo y memoria

Los niños con síndrome de Down suelen mostrar fortalezas relativas en la memoria visoespacial y debilidades en la memoria auditiva a corto plazo. Esto significa que aprenden con mayor eficacia cuando la enseñanza se apoya en claves visuales (imágenes, símbolos, palabras escritas), en lugar de depender únicamente de instrucciones orales. Los docentes y padres que adaptan los entornos de aprendizaje adecuadamente pueden marcar una gran diferencia.


Habilidades motoras e independencia

El bajo tono muscular y la laxitud de los ligamentos pueden retrasar hitos como sentarse, gatear y caminar. La fisioterapia temprana apoya el desarrollo motor grueso, mientras que la terapia ocupacional aborda la motricidad fina, el autocuidado y la preparación para la escritura. Fomentar el juego activo, los deportes y el baile fomenta la confianza y la participación, y sienta las bases para un estilo de vida saludable.


Desarrollo social y emocional

Desde la infancia, los niños con síndrome de Down suelen demostrar empatía y un fuerte deseo de conectar con los demás. La inclusión temprana en grupos de juego, guarderías y jardines de infancia ofrece oportunidades para desarrollar amistades y practicar habilidades sociales. Cuando las familias y los docentes modelan interacciones positivas con sus compañeros, los niños están mejor preparados para el mundo social de la escuela.


*Fuente: European Down Syndrome Association.

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