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La Organización Mundial de la Salud (OMS/WHO)(1) ha presentado en mayo de 2019 un trabajo que ha estado elaborando por más de una década con respecto a la Clasificación Internacional de Enfermedades que finalmente será presentada en el año 2022 (CIE-11) (2), con "mejoras" importantes con respecto a la última versión, entre las cuales incluye a la vejez como una enfermedad.
Podemos leer en la onceava revisión de los estándares mundiales para la información en diagnósticos de salud (2) que con el Código Internacional de Enfermedades (International Code of Diseases–ICD) MG2A se ha presentado de forma preliminar lo siguiente:
MG2A: Vejez. Inclusiones: vejez sin mención de psicosis, senescencia sin mención de psicosis y debilidad senil.
Estar incluida la vejez en el catálogo de enfermedades ya es perturbador por el hecho de las políticas que se están pensando llevar a cabo con esta clasificación intencional. Por otro lado, las inclusiones reflejan lo natural que un adulto mayor normal debe atravesar, como la senescencia (envejecimiento de las células entre otras cosas) y la debilidad, procesos típicos que esta franja etaria debe afrontar.
Esto ha generado el rechazo de muchas organizaciones de la comunidad internacional, entre ellos: CEOMA (Confederación Española de Organizaciones de Mayores) (4), El Centro Interdisciplinario para el Desarrollo del Adulto Mayor Gerópolis (Universidad de Valaparaíso, Chile) (5), el Consejo Regional de Fisioterapia y Terapia Ocupacional de la Región 7 (Brasil) (6), alrededor de 100 organizaciones firmantes de Argentina (Universidades, entidades provinciales y nacionales, organizaciones, entidades gubernamentales, etcétera) (7), Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología (8), etcétera.