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Lealtad, la virtud que impulsa a los niños al compromiso ⎪ CULTURIZAR MEDIOS

La lealtad debe fomentarse desde la niñez, pero la adolescencia es la etapa más favorable para consolidarla en la conducta del individuo.

Vamos a hablar de una virtud que se consolida solo en la vida adulta, pero que, para eso, debe empezar a estimularse en la niñez y la adolescencia: la  lealtad .  

“En el pasado, una palabra dada era una palabra cumplida”, recuerda la psicóloga clínica y consejera familiar Lelia Cristina de Melo, destacando que, hace algunas décadas, la palabra de un hombre se consideraba ley, tanto que los contratos se hacían "con la palabra". Hoy, lamentablemente, dar tu palabra a alguien ya no es tan valioso como solía ser. Pero entonces, ¿cómo enseñar a los niños el valor de la palabra en un mundo rodeado de desconfianza? 

Fuente: Gazeta Do Povo - Sempre Familia*

La virtud de la lealtad está relacionada con el cumplimiento de la palabra dada, la capacidad de ser digno de confianza, fiel, responsable, honesto y honrar los compromisos adquiridos. Además, su experiencia también implica dedicación a la familia, los amigos y sus principios, independientemente de las circunstancias. Y es por eso que, según la psicóloga, una persona leal brinda consuelo y confianza a quienes viven a su alrededor.  

Por otro lado, la falta de esta virtud genera malestar y un estado de duda constante en las relaciones. Además de no cumplir con la palabra y los compromisos adquiridos con los demás, la persona que es desleal también es desleal consigo misma, no honrando sus propósitos personales, profesionales e incluso de desarrollo espiritual.


¿Cuándo empezar a enseñar lealtad a los niños? 

Como ocurre con todas las demás virtudes, es importante que el niño observe las actitudes de lealtad de los padres y de las personas cercanas a él desde los primeros años de vida. Pero en el caso de esta virtud, en concreto, la psicóloga aconseja a los padres que empiecen a enseñarla con mucha suavidad, incluso sin mencionar la palabra "lealtad" porque, para el niño pequeño, sigue siendo un concepto muy abstracto.   

"No sirve de nada explicar por qué solo va a experimentar esto más tarde", explica Lelia, quien sugiere que el término se introduzca a partir de los 8 años. Sin embargo, si a los 4 años, por ejemplo, el niño pasa a prometer y no cumple o intenta engañar, los padres ya pueden orientarlo con el objetivo de ayudarlo a darse cuenta de que esto está mal ”.


"Llevando la camisa"  

Un factor muy importante para fomentar esta virtud en los niños es el sentido de pertenencia. Sintiéndose parte de un equipo, de un grupo --tanto en la familia, con padres, hermanos, primos y abuelos, como en la escuela con sus compañeros-- los niños y adolescentes comienzan, poco a poco, a tomar conciencia de los lazos que los une, están implícitos en estas relaciones. De esta forma, empiezan a "ponerse la camiseta", defendiendo los propios y los valores en los que creen.  

Por eso también la adolescencia acaba siendo una etapa muy favorable para que la lealtad comience a consolidarse en la conducta de una persona. Es durante este período que todos tendemos a sentir la necesidad de pertenecer a algún grupo y de defender nuestros ideales "con uñas y dientes".  

“Los adolescentes son muy propensos [a empezar a ejercer la lealtad] porque son justos, protestan y levantan muchas banderas”, observa. "Entonces, se puede enseñar en la niñez, pero es en la adolescencia que esta virtud comienza a consolidarse".



*Fuente: Gazeta Do Povo - Sempre Familia. Por 
Lorena Lafraia.


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