Los muchos años dedicados a la danza y al trabajo voluntario transformaron la vida de una bailarina tras una visita a un Instituto para Ciegos. A los 15 años recibió una invitación para dictar clases de ballet para personas con discapacidad visual. Desde entonces Fernanda Bianchini se ha especializado y creado una metodología única que promueve la inclusión e integración social.
“No tenía contacto con personas con #discapacidadvisual, entonces imaginé que sería algo muy difícil. Nunca había dado clases en mi vida, entonces estaba insegura”, recuerda la fundadora de la Associação Fernanda Bianchini – Cia Ballet de Cegos, en São Paulo. El proyecto comenzó en 1995, con cinco estudiantes. Hoy, son más de 400 que, de forma gratuita, llevan clases de #ballet #clásico a #contemporáneo, así como otros tipos de #danza, #yoga, música, #pilates y #fisioterapia.
Fuente: Sempre Familia*
Con el crecimiento del grupo y la fundación de la Asociación, el público objetivo se hizo más amplio. “Después de unos 10 años de trabajo, los niños con otras discapacidades también vinieron a mí para tomar una clase de ballet”, dice Fernanda.
Hoy en día, alrededor del 60% de los estudiantes tienen #discapacidad visual, el 30% tiene otro tipo de discapacidad y el 10% son personas necesitadas, sin discapacidad, en las que la inclusión funciona al revés.
Lo curioso es que la metodología desarrollada por la bailarina y también fisioterapeuta se basa en el tacto. “Los estudiantes tocan nuestro cuerpo, sienten el movimiento y luego lo reproducen en su propio cuerpo. Un estudiante ayuda al otro”, explica Fernanda. La técnica mejora la postura de los estudiantes, la conciencia espacial y proporciona una mejor #autoestima y confianza en sí mismos, según Fernanda.
El prejuicio fue una de las primeras dificultades cuando Fernanda inició su trabajo y todavía hoy está muy presente, pero la inclusión es la mejor manera de combatirlo, en su opinión. “Cuando conseguimos poner en escena a alumnos con discapacidad siendo aplaudidos, muchas veces, por personas sin discapacidad, y darle ese protagonismo, jugamos nuestro papel integrador en la sociedad”, destaca.
A lo largo de los años, han sido varios los testimonios que conmueven a Fernanda y demuestran que toda la dedicación y el esfuerzo valen la pena.
“Estudiantes que perdieron un poco el sentido de la vida y luego recuperaron la autoestima, la #socialización, hicieron amigos y hasta personas que aceptaron su propia discapacidad porque vieron a otras personas con otras historias”, recuerda.
“Nuestro objetivo es hacer ver la discapacidad como una característica del ser humano y no como un impedimento para que desarrolle sus grandes dotes”, concluye la bailarina. “Me siento orgullosa de ver cuánto una semilla sembrada de amor germinó e hizo florecer aún más amor”, agrega.
*Fuente: Gazeta Do Povo - Sempre Familia. Por Rossana Bittencourt. 23 de enero de 2022.