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México: Un día después del 8M⎪Por Carlos Ramirez

Por Carlos Ramirez *


El ocho de marzo del 2021 fue uno de los días más violentos del año. Cientos de mujeres que se identifican con la causa feminista se movilizaron en distintas ciudades de la República Mexicana. Sus exigencias iban desde un alto a la violencia, hasta aborto libre, seguro y gratuito (la gran falacia de nuestra época). En algunas ciudades como Querétaro, Ciudad de México y Morelia se reportó un grado mayor de violencia en las manifestaciones. En estas ciudades se dieron confrontaciones entre ciudadanos que buscaban resguardar los lugares de culto y los colectivos feministas identificados como “el bloque negro”.



El “bloque negro” es un grupo de feministas que se puede identificar por estar vestidas y encapuchadas de color negro; se visten de esta manera para no ser fácilmente identificadas. Es el grupo más violento de las manifestaciones. Generalmente van al principio de los contingentes y son las que se enfrentan con los encargados de resguardar el orden; dentro de sus objetivos están los de romper los cercos que impiden el libre tránsito, encabezar las pintas, así como la quema y destrozo de lugares. Los colectivos que organizan las marchas se deslindan de las acciones que hacen estos grupos señalando que ellas desconocen lo que van a hacer. Claro que esto resulta absurdo.



¿Dónde y cuándo nació el bloque negro? En EE UU, en 1991, a raíz de la guerra del Golfo. Se inspiraron en Los Autónomos, unos grupos radicales alemanes de los ochenta conocidos por sus batallas callejeras contra la policía. De hecho, fue la policía alemana la que los bautizó como Bloque Negro. En palabras de uno de sus miembros: el bloque negro es una táctica en las acciones de protesta. Todo lo que se hace es del conocimiento de los líderes de los grupos “pacíficos”.



En México existen bloques negros en distintas ciudades. Uno de ellos es el conocido como Okupa Bloque Negro, que en septiembre del año pasado (2020) secuestraron las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en República de Cuba, en el centro de la capital del país.



No está del todo claro quienes capacitan y motivan a las feministas para que ejerzan este grado de violencia; lo que si resulta evidente es que las manifestaciones orquestadas por estos grupos se vuelven cada día más violentas. Las grandes preguntas que ronda en el ambiente son ¿Dónde esta la autoridad? ¿Por qué les permiten actuar impunemente? Quizás las respuestas a las interrogantes, nos permitan concluir que hay todo un complot elaborado que busca desestabilizar a la sociedad en beneficio de un bloque político o quizás todo se resume en dos premisas. PRIMERA: El gobierno permite este tipo de acciones por que es cómplice. SEGUNDA: El gobierno es cobarde y no sabe como actuar ante esta situación. En ambos casos, los que salen perdiendo son los ciudadanos que se encuentran en medio de estas acciones.



Es legítimo exigir (por los medios idóneos) el cese a la violencia, siempre y cuando tus exigencias no deriven en afectaciones a terceros. No se puede combatir la violencia con más violencia. Resulta evidente que los grupos y colectivos que llaman a sus “hermanas” a movilizarse, no lo hacen con la plena intención de combatir la raíz del conflicto. Estos grupos y colectivos tienen fines que disfrazan bajo las banderas de libertad y justicia. No hay manera lógica de justificar que una feminista que exige un alto a la violencia promueva en su mismo discurso el aborto “libre y seguro”. La violencia más grande que se puede ejercer en contra de otro ser humano es la que le arrebata la vida.



Las mayoría de las mujeres saben que este tipo de movilizaciones no representa su sentir ni exigencia social, pues son mujeres ejerciendo violencia contra otros seres humanos, incluyendo mujeres disidentes de su causa o que deben resguardar el orden social. Este año marcharon muchas menos mujeres que el año pasado, no solo por la pandemia, también porque las formas y métodos de las feministas radicales, lejos de ganar simpatía social, están causando un desprecio generalizado.



Las acciones violentas de las que fuimos testigos el día de ayer (8M 2021) irán en aumento en la medida de que los ciudadanos no le exijamos de manera contundente a la autoridad que haga valer el estado de derecho. No olvides mi estimado católico que muchos de los ataques van centrados a nuestro lugares de culto; si la autoridad es omisa en su accionar, nosotros debemos actuar en consecuencia.



*Carlos Ramírez es autor de libro ¡VA POR TODOS! Orgullosamente MEXICANO; abogado de profesión, CATÓLICO por CONVICCIÓN. Máster en Ciencias Políticas. Políticamente incorrecto. Apartidista.

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Este artículo ha sido escrito originalmente por Carlos Ramirez en su página personal que pueden ingresar haciendo clic aquí. Este texto ha sido usado con el permiso de su autor y le agradecemos por su generosidad en permitirnos su utilización.


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Te comparto mi último artículo "Un día después del 8M". https://carlos-ramirez.com.mx/2021/03/09/un-dia-despues-del-8m/

Publicada por Carlos Ramirez Oficial en Martes, 9 de marzo de 2021








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